Hay personas que generan entre ellas una química innegable. Liniers y Montt se suben al escenario y los dardos empiezan a volar. La sátira, la acidez y el humor negro ocupan todo el espacio del teatro y electrifican el ambiente mientras esos dos se ríen entre ellos de cualquier cosa y por cualquier cosa. Se insultan con la confianza de los viejos amigos. “Una de las gracias para nosotros es pasarla bien, si no se ríe este [señala a Liniers] no tiene ninguna gracia. Cuando hay un juego entre el público y nosotros se pone muy divertido”, dice Montt.
top of page
Buscar
bottom of page
Comments